Santibáñez el Alto

Santibáñez el Alto

Santibáñez el Alto es un municipio español, en la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura. Su altitud es de 650 msnm, una superficie de 99,07 km², una población de 354 habitantes y su gentilicio es santibajeño, -a.


Geografía

 

Está situado en lo alto de una pequeña montaña, en la cual está construido el castillo de Santibáñez el Alto, en torno al cual se ha desarrollado la localidad.El término municipal de Santibáñez el Alto se encuentra situado en el norte de la provincia de Cáceres. Limita con: Gata, Torre de Don Miguel y Villasbuenas de Gata al oeste; Peñaparda y Villasrubias al noroeste; Cadalso y Descargamaría al norte; Pinofranqueado, Hernán-Pérez y Villa del Campo al este; Calzadilla y Guijo de Coria al sur.


Historia

 

De origen en Santibáñez el Alto por los años 800-850 y debe su fundación a la Condesa Teudosinda, esposa del conde Grimaldo de ascendencia francesa, huido de la persecución de Carlos Martel y asentado por la extensa zona de la Sierra de Francia y la transierra. La Condesa Teudosinda escogió una regular montaña de difícil acceso, en cuya altiplanicie construyó un convento, que puso bajo la advocación de San Juan Bautista, para que reposaran en él los restos de su esposo el Conde Grimaldo.

En la Reconquista, el lugar era conocido por el nombre de SantiJoannes de Mascoras o Mascules, y es que Madoz en su diccionario hace una referencia alusiva a que "esta Villa se llamó antigüamente San Juan". El Obispo de León, Froila, por su testamento otorgado en el año 1002, dio a su Iglesia una heredad en San Juan (In Sancti Joannis) tomando además esta población el apellido Mascoras.

Su nombre actual, Santibáñez el Alto, se debe más a su sentido estratégico y de elevada situación, pues la referida Villa se alza sobre la cúspide de una montaña cónica e inaccesible por todos lados.

Durante el reinado de Alfonso V el Noble (999-1025), la comarca transerrana donde está enclavada la Villa era tierra ocupada por el invasor y únicamente años después en 1050, Fernando I el Grande, conquistaba e incorporaba a sus Estados, la morada ciudad de Bletina (Ledesma), a bien fortificada Palumbaria (Casar de Palomero y la parte Septentrional de la actual)

Encomienda de Santibáñez

Cuando Alfonso IX, rey de León, se dispuso, en 1212, a conquistar la villa de Alcántara, lanzó sus ejércitos a través de Sierra de Gata, y venciendo a la resistencia, consiguió apoderarse de la torre de Almenara y de la fortaleza de Santibáñez.

Creyó entonces el leonés era llegado el momento de recompensar al maestre y frailes del Perero por las tierras de Benito Suárez le había dado pocos años anttes para poblar Castel Rodrigo; por cuya razón, y por la ayuda que le acababan de prestar en aquella jornada, les hizo entrega del fuerte de Santibáñez, con todos sus términos y pertenencias, cuya donación comprendía las villas y términos jurisdiccionales de Gata, Villabuenas, Hernán Pérez el campo, Torre de Don Miguel, Cadalson, Villanueva de la Sierra y cuento pertenecía a las entonces aldeas de Torrecilla, Fresno y Pozuelo, si bien es cierto que esta última más tarde pasó al señorío de Galisteo, vinculado a la casa de Osorno.

A raíz de la conquista de Alcántara, el maestre de San Julián del Perero creó la gran encomienda de Santibáñez, una de las más codiciadas de aquel tiempo, dada su enorme extensión territorial. Y a fin de facilitar al comendador, freires y encomendados residentes en la fortaleza la administración de los Santos Sacramentos y el cumplimiento de sus deberes religiosos, concedió a uno de sus clérigos la dignidad de prior de Santibáñez, conocido más comúnmente como prior del Campo, por tener su casa y rentas en esta villa.


Patrimonio

 

El Castillo

No es fácil reconocer, sobre los vestigios actuales, lo que debió ser el imponente castillo medieval de Santibáñez el Alto. Buena parte de la fábrica de la fortaleza ha sido reaprovechada para la construcción del caserío actual, como evidencian los sillares y bloques con marcas de cantero que pueden observarse en toda la población. Actualmente, la parte mejor conservada corresponde a las murallas perimetrales, habiendo desaparecido casi por completo la Torre del Homenaje y todas las dependencias interiores. Al menos el trazado irregular, adaptado a la topografía del terreno, así como el aljibe, parecen de origen islámico.


El núcleo central de este castillo era la Torre del Homenaje, de buena sillería y planta cuadrada, donde se situaba la residencia del comendador. Aunque de ella solo se mantienen dos paramentos (en el espacio ocupado hoy día por el depósito de agua), originariamente contaba con tres pisos. Se encuentra unida por el norte a una segunda torre, albarrana, que al menos en el s. XVI también disponía de habitaciones en la parte alta, hoy desaparecidas. Entre ambas torres se abre la llamada «Puerta de la Traición», que en realidad constituía una puerta interior del alcázar. A mediados del siglo XVI interviene en este acceso y en la torre el maestro mayor de la Orden de Alcántara, Pedro de Ybarra, uno de los arquitectos más destacados del renacimiento extremeño, aunque el encargado de ejecutar las obras de reparación fue el maestro Juan Moreno.

Rodeaban a la Torre del Homenaje dos patios. El oriental es el de mayor extensión (acoge en la actualidad el cementerio viejo) conservando en buen estado el paso de ronda y las almenas con sus aspilleras. En este patio se emplaza el aljibe, aunque antiguamente también albergaba las principales dependencias de la fortaleza, como una tahona, las caballerizas o la capilla, que estaba dedicada a santa María de los Milagros. En el s. XVI se mencionan algunas torres en el lienzo sur de este patio, que al parecer respondían a los nombres de «las Campanas» y «del Gallo». La puerta principal de este recinto parece haber estado en el lado norte, donde se sitúa el acceso actual al cementerio, aunque se conserva otra (tapiada), en el muro occidental, con bóveda de cañón de cantería.

El patio occidental, identificado con la alcazaba islámica primigenia, se encuentra en la actualidad más desfigurado por las calles Castillo Alto y Pilón. Junto a la esquina noroeste se abría otra puerta (igualmente cegada), de arco rebajado realizado con mampuestos, que conserva in situ los dos quicios superiores.

Ermita del Cristo de la Victoria

Al final de la popular «Correra» se alza esta ermita de pequeñas dimensiones y planta cuadrangular, realizada con sillería. Parece fruto de una reforma del s. XVII sobre un edificio anterior. Destaca el porche, con cubierta a cuatro aguas sostenida por columnas, dotado de bancos corridos para el descanso del visitante. Un arco de medio punto da acceso al interior, que guarda la imagen del Cristo (segunda mitad del s. XVII) en un retablo en blanco (s. XVIII). Frente a la ermita se yergue un crucero de columna jónica, con prominentes volutas, sobre tres peldaños de cantería. En la cruz están presentes, por un lado, la Virgen con el niño en brazos y, en el reverso, el Crucificado. Puede fecharse este crucero a finales del s. XVI.

Los Pajares

El conjunto agroganadero de los Pajares constituye uno de los ejemplos de arquitectura vernácula más interesantes de la provincia, siendo declarado BIC, con categoría de Lugar de Interés Etnológico, en el año 2009. Se accede a pie, a través de la calzada que lo comunica con la población, o en vehículo desde la carretera C-513. Está compuesto por más de un centenar de edificaciones en piedra seca: establos, almacenes de aperos, pajares y algunas casas de labor. Eras de trilla, charcas, canalizaciones, fuentes, e incluso un lagar rupestre, terminan de conformar un espacio único en el que los modos de vida pastoriles parecen haber quedado fosilizados. De origen incierto, el Diccionario de Madoz ya constata su presencia en el año 1848: «existen igualmente en el término más de 70 casas y corrales para encerrar paja y demás necesidades de la agricultura».

Fuente de los Frailes

En la ladera norte de la montaña, a unos 600 m. de distancia del cruce de acceso a la población, se sitúa una fuente tradicional de bóveda de cañón de sillarejo. La pared del fondo presenta decoración esgrafiada con motivos semicirculares dispuestos en bandas. Se accede a ella a través de la pintoresca calzada que unía las poblaciones de Santibáñez el Alto y Torre de don Miguel.

Muralla

La población se congregaba en la ladera oriental de la cima del cerro, protegida por una muralla o barbacana exterior que fue levantada en época cristiana. Esta defensa, dotada de cinco torres redondas, tiene trazado poligonal y una longitud de 250 m., con una anchura media de 2 m. La fábrica es de mampostería de gran formato dispuesta en tongadas regulares convenientemente enripiadas. La cimentación se asienta sobre la misma roca. Algunas de las torres alcanzan los 20 m. de altura hacia el exterior. Como dato singular, uno de quiebros es aprovechado como coso taurino en las fiestas populares que se celebran cada año en la localidad. La entrada principal al recinto intramuros, conocida en la población como la «Puerta de la Villa», se abre en el lado sudeste y es de sillería con arco de medio punto, pudiendo fecharse en el s. XVI. Cabe citar, como curiosidad, los genitales tallados en la cara interior de esta puerta, a modo de talismán protector, tradición que proviene de la cultura romana (fascinum). Se conserva, además, una segunda puerta, de menor envergadura, adintelada, poco más que una poterna, en el flanco norte, conocida como «Puerta de Gata» por dar salida hacia esta población. Sabemos que en el siglo XVI se encargó también el proyecto de reparación de esta muralla a Pedro de Ybarra, siendo entonces de piedra y barro y estando caída en numerosos puntos, aunque en esta ocasión fue el maestro Domingo Simón quien llevó a cabo la obra.


Fiestas

 

Convivencia en los Pajares : se celebra el 14 de agosto.

Los Santitos : se celebran el 9 y 10 de junio.

Matanza Típica Extremeña : se celebra el primer sábado de marzo.